Diez días en El Tíbet
La ruta del té y los caballos
Agosto, 2024 — En esta guía de viaje encontrarás información sobre cómo organizar un viaje a la región del Kham Tibetano y al norte de Yunnan, siguiendo la antigua ruta comercial del té y los caballos. En esta guía comparto información contextual e histórica de El Tíbet, mi perspectiva del por qué viajar a El Tíbet, época de año recomendada para el viaje, y recomendaciones sobre cómo realizar el viaje y mejores lugares que visitar.
Visita a familias semi-nómada en la estepa tibetana
Territorio
El Tíbet es una región histórica y cultural situada en el suroeste de China, en la meseta tibetana, conocida por ser la más alta del mundo, con una altitud media de unos 4500 metros. Tradicionalmente, el Tíbet es el hogar del pueblo tibetano, con una fuerte identidad cultural, religiosa y lingüística, dominada por el budismo tibetano.
En términos administrativos, el Tíbet se divide en: la Región Autónoma del Tíbet, la más grande y conocida, administrada por China y cuya capital es Lhasa; la region de Abdo, situada al noreste del Tíbet y abarcando áreas de las provincias chinas de Qinghai, Gansu y Sichuan; y la región del Kham (que nosotros visitamos), situada al este de la Región Autónoma del Tíbet y con extensión en las actuales provincias chinas de Sichuan, Yunnan y Qinghai.
Al pensar en el Tíbet, es común que una persona no familiarizada con la región asocie el nombre únicamente con la Región Autónoma del Tíbet; sin embargo, el Tíbet abarca mucho más. En algunos aspectos, Kham y Abdo son incluso más auténticamente tibetanos, ya que la influencia china en esas áreas ha sido menor. A diferencia de la Región Autónoma del Tíbet, donde se necesita un tour oficial aprobado por el gobierno y permisos especiales, en Kham y Abdo se puede viajar por cuenta propia, sin necesidad de permisos adicionales.
Preparación de un viaje a El Tíbet
El Tíbet ha sido una región marcada por tensiones políticas debido a su compleja relación con China y la lucha por su autonomía. En 1950, el Ejército Popular de Liberación de China ocupó el Tíbet, alegando que formaba parte de su territorio. Esto provocó descontento y, en 1959, un levantamiento en Lhasa fue brutalmente reprimido, dejando miles de muertos. El Dalai Lama, líder espiritual y político, se exilió en India, donde estableció un gobierno en el exilio.
Desde entonces, China ha implementado políticas de asimilación cultural, promoviendo la migración de población china, el uso del mandarín y controlando la práctica del budismo tibetano. Hoy, El Tíbet está fuertemente controlado, con restricciones severas a las libertades de expresión y religión. El Dalai Lama sigue abogando por una autonomía pacífica, aunque sin éxito. Las protestas continúan y los informes de violaciones a los derechos humanos en El Tíbet son frecuentes, incluyendo detenciones arbitrarias, tortura y desapariciones forzadas. Desde 2009, más de cien tibetanos se han inmolado en señal de protesta contra las políticas represivas de China.
Para comprender mejor este conflicto antes de visitar el Tíbet, recomiendo la lectura “Las Montañas de Buda” de Javier Moro, que ofrece un valioso contexto histórico y cultural, expuesto de una forma hermosa y conmovedora.
Entrada del Monasterio de Lhagang en Tagong
Preparación de un viaje a El Tíbet
El Tíbet ha sido una región marcada por tensiones políticas debido a su compleja relación con China y la lucha por su autonomía. En 1950, el Ejército Popular de Liberación de China ocupó el Tíbet, alegando que formaba parte de su territorio. Esto provocó descontento y, en 1959, un levantamiento en Lhasa fue brutalmente reprimido, dejando miles de muertos. El Dalai Lama, líder espiritual y político, se exilió en India, donde estableció un gobierno en el exilio.
Entrada del Monasterio de Lhagang en Tagong
Desde entonces, China ha implementado políticas de asimilación cultural, promoviendo la migración de población china, el uso del mandarín y controlando la práctica del budismo tibetano. Hoy, El Tíbet está fuertemente controlado, con restricciones severas a las libertades de expresión y religión. El Dalai Lama sigue abogando por una autonomía pacífica, aunque sin éxito. Las protestas continúan y los informes de violaciones a los derechos humanos en El Tíbet son frecuentes, incluyendo detenciones arbitrarias, tortura y desapariciones forzadas. Desde 2009, más de cien tibetanos se han inmolado en señal de protesta contra las políticas represivas de China.
Para comprender mejor este conflicto antes de visitar el Tíbet, recomiendo la lectura “Las Montañas de Buda” de Javier Moro, que ofrece un valioso contexto histórico y cultural, expuesto de una forma hermosa y conmovedora.
¿Por qué visitar el Tíbet?
El Tíbet ofrece una cultura genuina y diferente, que permite comprender una forma de vida profundamente distinta a la nuestra. En este lugar, la religión lo permea todo: cada acto, cada pensamiento, está teñido por la creencia en el karma y la fe en la reencarnación. A pesar de su vasto territorio, la región sigue estando escasamente poblada, lo que realza la sensación de inmensidad y aislamiento, en marcado contraste con la intensa masificación china. Las majestuosas montañas y paisajes ofrecen la oportunidad de explorar el “techo del mundo“, con la comodidad que brindan las infraestructuras modernas construidas por los chinos, como carreteras y ferrocarriles, que hacen más accesible esta remota región.
En nuestro viaje también pasamos una tarde con familias semi-nómadas, una inmersión cultural increíble que recomiendo con una de las mejores experiencias que vivir en El Tíbet.
Vistas de la estepa tibetana con banderillas tibetanas y un sky burial en la distancia
Itinerario: la ruta del té y los caballos
La Ruta del Té y los Caballos fue una antigua red comercial que unió el suroeste de China con el Tíbet desde el siglo VII (durante la dinastía Tang) hasta principios del siglo XX. El té, especialmente de la región de Yunnan, era muy apreciado en el Tíbet, donde se utilizaba para hacer el tradicional té de mantequilla de yak, un elemento básico de la dieta tibetana. A cambio, los chinos necesitaban caballos tibetanos, robustos y resistentes, para sus ejércitos, lo que impulsó este intercambio comercial.
La ruta conectaba el Tíbet con las provincias de Yunnan y Sichuan, atravesando importantes localidades como Shangri-La y Lijiang. Los comerciantes cruzaban montañas y valles a lo largo de esta ruta, enfrentándose a condiciones extremas, desde los altos pasos montañosos del Tíbet hasta los profundos cañones de Yunnan. Además del comercio, esta ruta facilitó el intercambio cultural, religioso y de ideas, dejando un profundo impacto en las sociedades locales.
Aunque la Ruta del Té y los Caballos ha caído en desuso con la llegada de las carreteras modernas, sigue siendo una parte vital de la historia de la región siendo esta la razón por la cual decidimos emprender el viaje para visitar sus puntos más importantes. Para nosotros supuso un testimonio de los antiguos lazos entre culturas y paisajes únicos. Nuestro viaje por la ruta del té y los caballos estaba integrado en un viaje de tres semanas en China. Puedes acceder al itinerario por día en la sección Itinerario de mi guía de China.
¿Cuándo visitar el Tíbet?
La mejor época para visitar el Tíbet es en primavera (abril y mayo) y en otoño (septiembre y octubre) cuando las temperaturas son más suaves y los cielos despejados permiten admirar los impresionantes paisajes. Nuestra experiencia en agosto demostró que este mes (al igual que julio) es
La mejor época para visitar el Tíbet es en primavera (abril y mayo) y en otoño (septiembre y octubre) cuando las temperaturas son más suaves y los cielos despejados permiten admirar los impresionantes paisajes. Nuestra experiencia en agosto demostró que este mes (al igual que julio) es problemático; las lluvias constantes causadas por el monzón ocultaban constantemente los majestuosos picos de más de 6,000 metros, y un día completo lo pasamos atrapados en el coche debido a un deslizamiento de tierra que cerró la carretera de Tagong a Litang. Justo antes de nuestro viaje, las lluvias causaron un grave accidente que sepultó un barrio en las afueras de Kanding y destruyó un túnel de varios kilómetros. Estas condiciones climáticas no solo dificultan el transporte, sino que también representan un riesgo considerable.
Al visitar el Tíbet, considero esencial ir preparado para el frío. Al encontrarnos por encima de los 4000 metros, el clima es cambiante y las temperaturas mucho más bajas de lo que podríamos esperar de estos meses del año, especialmente al caer la noche. Nosotros dormimos con el edredón gordo en pleno mes de agosto.
Monasterio de Songzanglin
problemático; las lluvias constantes causadas por el monzón ocultaban constantemente los majestuosos picos de más de 6,000 metros, y un día completo lo pasamos atrapados en el coche debido a un deslizamiento de tierra que cerró la carretera de Tagong a Litang. Justo antes de nuestro viaje, las lluvias causaron un grave accidente que sepultó un barrio en las afueras de Kanding y destruyó un túnel de varios kilómetros. Estas condiciones climáticas no solo dificultan el transporte, sino que también representan un riesgo considerable.
Al visitar el Tíbet, considero esencial ir preparado para el frío. Al encontrarnos por encima de los 4000 metros, el clima es cambiante y las temperaturas mucho más bajas de lo que podríamos esperar de estos meses del año, especialmente al caer la noche. Nosotros dormimos con el edredón gordo en pleno mes de agosto.
Monasterio de Songzanglin
¿Cómo visitar la ruta del té y los caballos?
Decidimos dividir nuestra ruta en dos partes: exploramos el Kham tibetano (desde Chengdu hasta Shangri-La) en transporte privado con un guía local llamado Temba Tenzin, y luego continuamos hacia Lijiang por nuestra cuenta, viajando en tren.
Tras investigar exhaustivamente en internet, me encontré con que los viajes organizados a esta región no son comunes y, que las agencias que los ofertan son muy caras, con precios que no bajan de 2000 dólares por persona y semana. Sin embargo, con Temba conseguimos negociar para que nos dejara el viaje en poco más de 1000 euros por persona, incluyendo transporte, servicio de guía y alojamiento de gama baja. Temba, quien nos contó que antes de la pandemia había dirigido una agencia de viajes llamada Conscious Journeys, resultó ser un guía imprescindible en esta región, ya que nos proporcionó transporte y fue clave para superar la barrera idiomática (él habla muy bien inglés). Lamentablemente, en China el carnet de conducción internacional no es válido y tan solo se puede conducir con un carnet nacional. Gracias a Temba, pudimos adentrarnos en los misterios de la cultura local y conocer los entresijos de la vida en el Kham, además de acceder a aquellas zonas de los templos que, de otro modo, habrían permanecido cerradas a extranjeros. A pesar de lo elevado del precio del tour, la inversión vale la pena para disfrutar de una experiencia más auténtica. La mejor forma de contactar a Temba es a tavés de WeChat (más información sobre el uso de esta App aquí). No dudéis en contactarme para recibir su contacto.
Otra opción que nosotros no realizamos pero que me pareció increíble fue la de realizar un viaje a caballo por las montañas y zonas más rurales del Kham Tibetano, durmiendo en tiendas construídas con piel de yak a alturas de ensueño y con unos cielos estrellados de película.
Tras investigar exhaustivamente en internet, me encontré con que los viajes organizados a esta región no son comunes y, que las agencias que los ofertan son muy caras, con precios que no bajan de 2000 dólares por persona y semana. Sin embargo, con Temba conseguimos negociar para que nos dejara el viaje en poco más de 1000 euros por persona, incluyendo transporte, servicio de guía y alojamiento de gama baja. Temba, quien nos contó que antes de la pandemia había dirigido una agencia de viajes llamada Conscious Journeys, resultó ser un guía imprescindible en esta región, ya que nos proporcionó transporte y fue clave para superar la barrera idiomática (él habla muy bien inglés).
Lamentablemente, en China el carnet de conducción internacional no es válido y tan solo se puede conducir con un carnet nacional. Gracias a Temba, pudimos adentrarnos en los misterios de la cultura local y conocer los entresijos de la vida en el Kham, además de acceder a aquellas zonas de los templos que, de otro modo, habrían permanecido cerradas a extranjeros. A pesar de lo elevado del precio del tour, la inversión vale la pena para disfrutar de una experiencia más auténtica. La mejor forma de contactar a Temba es a tavés de WeChat (más información sobre el uso de esta App aquí). No dudéis en contactarme para recibir su contacto.
Otra opción que nosotros no realizamos pero que me pareció increíble fue la de realizar un viaje a caballo por las montañas y zonas más rurales del Kham Tibetano, durmiendo en tiendas construídas con piel de yak a alturas de ensueño y con unos cielos estrellados de película.
¿Qué visitar en el Kham tibetano y norte de Yunnan?
A continuación, comparto los lugares que más nos impresionaron durante nuestro viaje a El Tíbet y al norte de Yunnan, en orden de interés. Si deseas acceder al itinerario completo, puedes consultar nuestra guía de viaje a China, donde detallamos los lugares visitados día a día.
Es importante mencionar que dos de los lugares que más anhelábamos visitar, Larung Gar y Yarchen Gar, tenían prohibida la entrada a extranjeros en el momento de nuestro viaje. Recomiendo a cualquier persona que esté planeando esta ruta verificar si, en el momento de su visita, la entrada a estos enclaves budistas sigue restringida.
1. Tagong
Tagong fue nuestra primera parada en el Tíbet, y como tal, nos impresionó enormemente. Al llegar, visitamos el famoso monasterio Lhagang, aunque el lugar que realmente nos impactó fue el convento Anigongma (también llamado Jiagu’nong o Gerima Village), un conjunto de templos budistas y coloridos dormitorios a 10 km al norte del pueblo, donde residen cerca de 100 monjas. Allí pudimos presenciar su vida cotidiana, llena de cantos y rituales, en un entorno profundamente marcado por la devoción budista. Al otro lado de la montaña se encuentra el Templo Muya, el mayor de Tagong, donde viven y practican los monjes, que nosotros encontramos inmersos en un entrenamiento de basket en las canchas situadas en el recinto monástico.
Nota importante: La diferencia de altitud entre Chengdu a 500 metros sobre el nivel del mar y Tagong (a 3800) es considerable, y hacer el trayecto en un solo día, como nosotros, puede provocar mal de altura.
Entrenamiento de basket en el Templo Muya
2. Estepas tibetanas, skyburials y visita a familias nómadas
La estepa tibetana es vasta y majestuosa, un lugar donde aún se encuentran familias nómadas que se desplazan con sus yaks y caballos para asegurarles alimento. Pasar una tarde con una de estas familias y presenciar su modo de vida en medio de la estepa de alta montaña es una experiencia única que vivir en El Tíbet. A nosotros nos invitaron a compartir tsampa y té de mantequilla, lo que nos permitió conocer mejor su hospitalidad y tradiciones.
En nuestro caso, la familia que visitamos vivía en la zona escénica de la imponente montaña Gongga, cuya cumbre alcanza los 7556 metros. A unos 5000 metros de altura, la vista de la cumbre nevada contrastaba de manera solemne con el verde de la estepa y el cielo azul despejado.
Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de conocer los espacios destinados a los sky burials o “entierros celestiales”, un rito funerario tibetano en el que los cuerpos de los fallecidos se ofrecen a las aves carroñeras. Este acto representa una conexión profunda con la naturaleza y un gesto de generosidad. Para los budistas tibetanos, que creen en la reencarnación, el cuerpo es solo un recipiente vacío una vez que el alma lo ha abandonado. En lugar de preservarlo, devolverlo a la naturaleza es visto como un acto simbólico que integra el cuerpo en el ciclo de la vida.
Además de su significado espiritual, esta práctica responde a razones prácticas: el terreno en el Tíbet es demasiado rocoso para cavar tumbas, y la escasez de madera hace que la cremación sea poco viable. Por esto, el entierro celestial es tanto un ritual religioso como una solución adaptada a las condiciones de la región.
En nuestro caso, la familia que visitamos vivía en la zona escénica de la imponente montaña Gongga, cuya cumbre alcanza los 7556 metros. A unos 5000 metros de altura, la vista de la cumbre nevada contrastaba de manera solemne con el verde de la estepa y el cielo azul despejado.
Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de conocer los espacios destinados a los sky burials o “entierros celestiales”, un rito funerario tibetano en el que los cuerpos de los fallecidos se ofrecen a las aves carroñeras. Este acto representa una conexión profunda con la naturaleza y un gesto de generosidad.
Para los budistas tibetanos, que creen en la reencarnación, el cuerpo es solo un recipiente vacío una vez que el alma lo ha abandonado. En lugar de preservarlo, devolverlo a la naturaleza es visto como un acto simbólico que integra el cuerpo en el ciclo de la vida.
Además de su significado espiritual, esta práctica responde a razones prácticas: el terreno en el Tíbet es demasiado rocoso para cavar tumbas, y la escasez de madera hace que la cremación sea poco viable. Por esto, el entierro celestial es tanto un ritual religioso como una solución adaptada a las condiciones de la región.
3. Litang
Litang es una fusión vibrante de vida religiosa y rural en el Kham tibetano, con la estética característica de los khampa, nombre que recibe la población local. Este pueblo alberga el centro budista más importante de la región accesible a extranjeros, y sus templos, de dimensiones imponentes, destacan por una magnificencia que no hemos encontrado en ningún otro lugar del viaje. En sus vastos recintos, es posible ver a numerosos monjes inmersos en rezos y cantos, lo que crea una atmósfera solemne y profundamente espiritual. Litang cuenta con varios monasterios y una estupa majestuosa, todos rodeados de paisajes rurales que reflejan la tradición khampa y permiten experimentar El Tíbet más auténtico.
4. Yading National Park
El Parque Nacional de Yading es un verdadero paraíso natural, conocido por sus tres cumbres sagradas para los tibetanos: Xiannairi (6032 msnm), Xanoda (5958 msnm) y Youmayon (5958 msnm). Estas montañas se alzan majestuosamente sobre un paisaje de estepas, bosques y lagos cristalinos, ofreciendo un telón de fondo espectacular para los excursionistas.
El acceso al parque es en autobús, ya que el acceso en vehículos privados no está permitido. Recomendamos llegar temprano, ya que el parque tiende a masificarse. Nosotros llegamos al abrir y nos quedamos hasta uno de los últimos autobuses, que partía a las siete de la tarde.
Monasterio en el Parque Natural de Yading
Nosotros tuvimos la mala suerte de encontrar el cielo cubierto, lo cual fue una pena. La mejor época para visitar Yading es en otoño, cuando el paisaje suele estar en su máximo esplendor. El precio de la entrada es de 552 RMB (71 EUR).
Para los amantes del senderismo, es importante mencionar que el área está sobre-equipada con infraestructuras (algo típicamente chino): todas las rutas están delimitadas por pasarelas metálicas, lo que puede restar un poco de la experiencia de caminar sobre terreno natural.
Ya sea que desees realizar caminatas, meditar en la naturaleza o simplemente disfrutar de las vistas, el Parque Nacional de Yading es un destino que no puedes perderte en El Tíbet.
Monasterio en el Parque Natural de Yading
Para los amantes del senderismo, es importante mencionar que el área está sobre-equipada con infraestructuras (algo típicamente chino): todas las rutas están delimitadas por pasarelas metálicas, lo que puede restar un poco de la experiencia de caminar sobre terreno natural.
Nosotros tuvimos la mala suerte de encontrar el cielo cubierto, lo cual fue una pena.
La mejor época para visitar Yading es en otoño, cuando el paisaje suele estar en su máximo esplendor. El precio de la entrada es de 552 RMB (71 EUR).
Ya sea que desees realizar caminatas, meditar en la naturaleza o simplemente disfrutar de las vistas, el Parque Nacional de Yading es un destino que no puedes perderte en El Tíbet.
Shangri-Là
Shangri-La, conocido antiguamente como Zhongdian, es un lugar místico y remoto, inmortalizado en la novela “Lost Horizon” de James Hilton, que resulta ser una lectura perfecta para acompañar un viaje a este fascinante destino. Este enclave es una singular fusión de las culturas tibetana y han, lo que lo convierte en un lugar excepcional para explorar.
Entre sus principales atractivos se encuentran la antigua ciudad, que alberga la rueda de oración más grande del mundo y el imponente Templo Dorado, así como el impresionante monasterio de Songzanglin.
La ciudad antigua de Shangri-La, también conocida como Dukezong, cuenta con más de 1300 años de historia. Sin embargo, gran parte de su patrimonio fue devastado por un grave incendio en 2014, lo que llevó a una reconstrucción completa de la zona. Aunque se ha intentado mantener el estilo tradicional, la madera nueva de los comercios y la proliferación de tiendas, hoteles y restaurantes turísticos le restan un poco de encanto al lugar. En comparación con la autenticidad de otros lugares de El Tíbet que hemos conocido, la parte antigua de Shangri-La nos resultó un tanto artificial.
A pesar de esto, vale la pena perderse en sus callejuelas, cruzarse con monjes y explorar las numerosas tiendas de artesanía que ofrecen productos locales. Nosotros nos alojamos en el centro histórico, lo que recomiendo encarecidamente; sin embargo, es importante tener en cuenta que el área es peatonal y presenta un terreno irregular. Si viajas con equipaje pesado, asegúrate de verificar la distancia de tu hotel o considera elegir uno que ofrezca servicio de transporte de equipaje, ya que el nuestro no lo tenía. Dejo aquí la referencia de nuestro hotel, que me pareció bonito y contaba con una hermosa vista del Templo Dorado.
Monasterio de Songzanglin
Lijiang
Nuestra experiencia en Lijiang fue un amor-odio; la transformación de la ciudad de día a noche es radical. Durante el día, el casco antiguo está lleno de vida y autenticidad, mientras que al caer la noche, se llena de turistas, clubs, música y luces, muy muy hortera. Me centraré pues en comentar sobre Lijiang de día y obviar la ciudad de noche.
Black Dragon Pool
Nosotros nos alojamos en el casco antiguo, en el Hotel Lijiang Ancient Town, que incluía servicio de transporte de maletas, algo que consideramos muy útil. Tras dos semanas en China, anhelábamos un restaurante que ofreciera comida más occidental, y que pudimos encontrar en N’S Kitchen así como una cafetería de especialidad, que encontramos en el camino que conecta el centro de Lijiang con el Black Dragon Pool (Loris Cafe – desafortunadamente no está disponible en Good Maps).
Además, no te pierdas las antiguas ciudades de Shuhe y Baisha, que ofrecen un ambiente más tranquilo y auténtico. En los alrededores, destacan la imponente Yulong Snow Mountain y el impresionante Blue Moon Valley, que nosotros decidimos no visitar pero dicen que merecen una visita.
Nosotros nos alojamos en el casco antiguo, en el Hotel Lijiang Ancient Town, que incluía servicio de transporte de maletas, algo que consideramos muy útil. Tras dos semanas en China, anhelábamos un restaurante que ofreciera comida más occidental, y que pudimos encontrar en N’S Kitchen así como una cafetería de especialidad; situada en el
camino que conecta el centro de Lijiang con el Black Dragon Pool (Loris Cafe – desafortunadamente no está disponible en Good Maps).
Además, no te pierdas las antiguas ciudades de Shuhe y Baisha, que ofrecen un ambiente más tranquilo y auténtico. En los alrededores, destacan la imponente Yulong Snow Mountain y el impresionante Blue Moon Valley, que nosotros decidimos no visitar pero dicen que merecen una visita.
Lo que quizás distingue al Tíbet de otros pueblos es que la religión budista ha empapado todos los aspectos de la vida, convirtiéndose en algo tan fundamental como el respirar. Una religión que no se limita a celebrar ritos ciertos días de la semana o ceremonias de nacimiento, casamiento o muerte. Los tibetanos socialmente conservadores e individualmente tolerantes, siempre han considerado los asuntos espirituales por encima de los materiales.
Las montañas de Buda, Javier Moro